Un monitor monocromo es un tipo de monitor de ordenador que
fue muy común en los inicios de la computación, desde la década de los 60 a la de los 80, antes de que los monitores de
color fuesen populares. Aún siguen utilizándose en algunos sistemas computarizados
de cajas registradoras, entre otras aplicaciones.
Al contrario que los
monitores de color, que visualizan texto y gráficos en múltiples colores a
través del uso de intensidades alternativas de fósforos rojos, verdes y azules, los
monitores monocromos sólo tienen un color de fósforo (mono = uno, cromo =
color).
Por dicho motivo eran
conocidos también como «monitor» o «pantalla de
fósforo». Todos los textos y gráficos se visualizan en ese color.
Algunos monitores tienen la capacidad de variar el brillo de píxels individuales, creando de
ese modo la ilusión de profundidad y color, exactamente igual que un televisor en blanco y negro.
Los monitores monocromos
están disponibles en tres colores: si se usa el fósforo P1, la pantalla es monocroma verde. Si se usa el fósforo P3, la pantalla es monocroma ámbar.
Si se usa el fósforo P4, la pantalla es monocroma blanca, éste es el mismo fósforo usado
en los primeros televisores. Se ha dicho que las pantallas ámbar son mejores ergonómicamente, específicamente reduciendo la vista cansada, pero estas
afirmaciones parece que tienen poco fundamento científico.
Los monitores monocromos,
pixel por pixel, producen texto e imágenes más definidas que los monitores CRT de color. Esto es porque en un monitor
monocromo, cada pixel se crea a partir de un punto de fósforo, localizado en el
centro del pixel, mientras que en un monitor a color, cada pixel se crea a
partir de tres puntos de fósforo (uno rojo, otro azul y otro verde), y ninguno
de ellos está en el centro del pixel.
Los monitores monocromos se
usaron en casi todos los terminales y siguen usándose ampliamente en
aplicaciones basadas en texto como máquinas registradoras computarizadas y
sistemas de punto de venta debido a su mayor definición y su mayor
legibilidad.
El problema de los
monitores monocromo es su facilidad de quemado de pantalla (de aquí el uso y nombre de
los salvapantallas) debido al hecho de que los fósforos usados son de intensidad muy
alta.
Otro efecto de la alta
intensidad de los fósforos es el denominado como "ghosting", donde
una luminiscencia de los contenidos de la pantalla se puede seguir viendo
después de que la pantalla se haya borrado. Esto tiene un cierto lugar en la cultura popular, como se evidencia en varias películas como Matrix.
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